Inmanuel Kant es un filósofo obsesionado por la neutralidad en las valoraciones que se hacen de lo que ocurre en la realidad. Le preocupa que los juicios que se hacen de las cosas sean perfectamente razonables. Sin que haya ningún asomo de emocionalidad o mezcla de intereses que no tengan que ver con el objeto mismo que se está evaluando. Por eso escribe crítica de la razón pura y luego crítica de la razón práctica.
Cuando decide pensar en la ética, entendida desde el ámbito de la razón, no duda en afirmar que el primer juicio que corrige las decisiones de las personas es la intención con la que se va a realizar la acción. De algún modo la intención debe ser pura. Para garantizar esa pureza entonces afirma que la ética efectivamente tiene que ver con la relación con los otros. Con las acciones donde necesariamente otros resultan involucrados. ¿Cómo debe ser esta acción? Sin el menor asomo de interés por favorecer o inclinarse ante la voluntad de alguien.
En términos individuales hay cosas de las que no habla la ley. Lo que tienen que hacer los individuos en su cotidianidad. El raciocinio es muy sencillo pero muy ilustrativo: ningún ser humano está obligado a hacer lo imposible. Este asunto es tan evidente que no necesita explicación. Todo ser humano sí está obligado a hacer lo posible. Lo que quiere decir que si usted ve a alguien necesitado de su ayuda y usted sabe que puede ayudarlo: si usted puede, usted debe. Así no más.
¿De dónde surge ese deber? de la idea de que la rectitud de la intención, con la que se inició este tema, es lo que cuenta en la acción. Esa rectitud dice que usted obra no por interés sino porque reconoce en el otro a otro ser humano y por eso está obligado a ayudarlo. No en lo imposible sino en lo que usted sabe que puede hacer. Si usted examina sus posibilidades y sabe que puede ayudarlo. Debe ayudarlo. Se trata de una doble connotación. Una ley que cobija a todos los seres humanos involucrados en un territorio y que se dan así mismos mecanismos que aseguran la convivencia y dos, una actitud personal que obliga a velar por los otros, cuidar de los otros en la medida de sus posibilidades.
Es bueno saber que estas ideas han tenido y siguen teniendo un impacto duradero en la historia de la humanidad. De allí se derivan otras corrientes de ética preocupadas por hacer mucho más prácticas las ideas de Kant. Actualmente es muy importante una ética cívica o ética civil, en la que los individuos se ponen de acuerdo para hacer viable una convivencia pacífica basada en las razones y los argumentos sin que medie ningún interés particular.